LA MÚSICA Y LOS NIÑOS



La música es una forma de comunicación desde la más tierna infancia.
Los bebes son capaces de distinguir cambios en la estructura, 
melodía y ritmo de las canciones que escuchan.

Enseñar a cantar a un niño es un fenómeno universal e 
incluso el fenómeno de las nanas es siempre igual en diferentes culturas: 
tonos altos  tempos lentos, repeticiones y ritmos regulares.
Las nanas son canales de transmisión de emociones 
entre la madre y el bebé que crean vínculos de amor y protección.

El bebé mira a su madre con más intensidad 
cuando le canta que cuando le habla.
Las nanas son más efectivas para reducir el estrés del niño que las simples palabras.


El aprendizaje de la música se produce de forma tan natural 
como cuando aprendemos a hablar, pero la capacidad de entender y percibir la música ocurre sin que necesitemos instrucciones para ello.

Por tanto, nuestras capacidades musicales son algo innato, 
nacemos con ellas y las desarrollamos casi sin darnos cuenta.

Algunos investigadores aseguran que la música incluso podía ser anterior al lenguaje, 
pues nuestra capacidad de hablar surgió de la capacidad previa 
de percibir y entender y producir sonidos musicales. 

El habla no es sino una forma de música.